Cinco mujeres son secuestradas y encerradas dentro de una extraña fábrica, done también son obligadas a ejercer la prostitución. Dentro del asfixiante lugar, Bernarda (Assumpta Serna) mantiene una extraña relación con su criada Poncia (Miriam Díaz Aroca). A pesar de todo lo que sucede, la mujer está convencida de estar haciendo lo correcto, pues considera que solo así las libra de los males del mundo.