Michael consigue el trabajo de sus sueños: el de coordinador del programa Oil for Food de las Naciones Unidas. Pronto comenzará a darse cuenta de que la única persona en la que puede confiar es en su jefe, un diplomático experimentado. Hasta que en medio de la lucha contra los países que, como tiburones, buscan el petróleo de un Irak en plena posguerra, descubrirá una enorme conspiración a los más altos niveles.